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VOLCAR CON UN KAYAK

Volcar en un kayak es una de las experiencias que más inquietud genera cuando nos aventuramos en el mundo del piragüismo. Sin embargo, no todos los kayaks son igual de propensos a volcar; algunos ni siquiera se voltean fácilmente, ni aunque lo intentemos.

Podemos dividir los kayaks en dos categorías principales: los kayaks "cerrados", en los que nos introducimos en el interior de la embarcación, y los kayaks autovaciables o "abiertos", en los que nos sentamos encima de la cubierta.

En los kayaks "cerrados", es más probable que volquemos si las condiciones son adversas. Aprender la técnica necesaria para volver a poner en pie un kayak de este tipo requiere conocimientos que se adquieren a través de un breve curso. Sin estos conocimientos, volcar en un kayak cerrado puede ser un desafío. Sería ideal también conocer la técnica del esquimotaje, una maniobra que nos permite recuperar la posición inicial sin salir del kayak, y el uso del "Paddle float."

Además, es importante diferenciar entre volcar en un lago, un pantano, en el mar o en un río. En aguas tranquilas de un lago o un pantano como el de la Llosa del Cavall, será mucho más fácil manejar esta situación en comparación con un río, donde dominar la técnica del esquimotaje es esencial. Estos conocimientos son fundamentales si tienes un kayak "cerrado" propio, ya que navegarás solo en muchas ocasiones y necesitas ser completamente autosuficiente.

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Volcar en un kayak de alquiler

En este artículo, no nos centraremos en los kayaks de tipo "cerrado", puesto que ya existen numerosos recursos que los abordan. Preferimos dirigirnos a aquellos que se inician en el kayak por primera vez, a quienes desean disfrutar de un simple paseo en kayak sin intenciones de practicarlo con regularidad. Personas que quizás nunca compren un kayak y lo alquilen en un centro especializado. Estas personas, que componen la mayoría de los entusiastas del piragüismo, a menudo carecen de información sobre cómo actuar en caso de volcar.

Las empresas de alquiler de kayaks generalmente proporcionan kayaks muy estables y seguros, que suelen ser kayaks autovaciables. Para alquilar kayaks "cerrados", a menudo se requiere cierto conocimiento del autorrescate o la técnica del esquimotaje. Sin embargo, pocas personas alquilan kayaks de este tipo, ya que suelen ser dueños de sus propios kayaks. Aun así, los kayaks autovaciables, especialmente los individuales, no están exentos de volcar.

La sensación de volcar en un kayak por primera vez es impactante. Hasta que no estamos flotando en el agua gracias al chaleco salvavidas, apenas recordamos que estamos en la Tierra y seguimos con vida. No recordamos qué causó el vuelco y a menudo parece haber ocurrido sin razón aparente. Nuestro cerebro se llena de señales de alarma y solo pensamos en sobrevivir. Mientras volcamos, intentamos agarrarnos al kayak, pero es inútil.

Cuando nos sumergimos en el agua, los primeros segundos parecen eternos y nos sentimos desorientados. A medida que nos tranquilizamos, observamos a nuestro alrededor instintivamente. Vemos el kayak volcado y algunos de nuestros compañeros sorprendidos, mientras otros ríen. La pala ha desaparecido, y a menudo olvidamos que la llevábamos.

Nadamos hacia el kayak volcado y, una vez allí, nos damos cuenta de que no recordamos ninguna de las instrucciones que nos dio el instructor del alquiler.

Que no cunda el pánico, este artículo es para ti, si te has visto reflejado o reflejada en esta situación.

¿Por qué un kayak vuelca?

Los kayaks autovaciables de alquiler suelen tener un casco plano, lo que les proporciona una gran estabilidad en aguas tranquilas. Sin embargo, en el mar, no deberíamos exponernos a las olas con este tipo de kayak, ya que las inclinaciones que se producen pueden provocar un vuelco fácilmente.

Para que un kayak autovaciable vuelque, todo el conjunto (kayak + persona) debe inclinarse lo suficiente para que la gravedad haga su trabajo. Cuando nos iniciamos en el kayak, nuestro cuerpo tiende a mantenerse rígido sobre el asiento, sin saber que debemos entrenar el movimiento lateral de las caderas para compensar y equilibrar las inclinaciones del kayak. Nuestro cuerpo debería actuar como un resorte frente a las fuerzas que actúan sobre la embarcación. Esto debe aprenderse y asimilarse, ya que no ocurre de manera espontánea.

Además, a menudo desconocemos los "apoyos" y las "tracciones" con la pala, maniobras diferentes a las paladas, que solo se pueden aprender durante un curso. Por lo general, solo conocemos la palada hacia adelante o hacia atrás.

El kayak no vuelca por sí solo, somos nosotros quienes lo volcamos.

Además, la ubicación del centro de flotación de la embarcación puede estar más o menos cerca de nuestro centro de gravedad. El centro de flotación del kayak suele encontrarse por debajo de la línea de flotación, bajo el agua, mientras que nuestro centro de gravedad suele estar a la altura de las caderas cuando estamos sentados en el kayak.

Cuanto mayor sea la distancia entre el centro de flotación del kayak y nuestro centro de gravedad, más inestable será el conjunto. Además, en los kayaks autovaciables, a diferencia de los kayaks "cerrados", hay una cámara de aire entre el fondo del casco y el asiento de la parte superior que aleja aún más estos dos puntos. Por lo tanto, una persona alta y de gran envergadura, si además tiene un peso considerable, provocará una mayor inestabilidad que una persona de baja estatura y peso ligero en el mismo kayak. Los diferentes tipos de kayaks suelen tener en cuenta el volumen de cada persona, por lo que un buen centro de alquiler de kayaks debe contar con embarcaciones para todos los perfiles de piragüistas.

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¿Qué hacer si un kayak vuelca?

Aunque un vuelco puede darse en multitud de situaciones distintas, nos centraremos en las tres tareas más importantes que debemos realizar después de volcar, y estas tareas son el rescate del material, es decir, no perder ni la pala ni el kayak, des volcar el kayak y volver a subir a él.

Rescatar el material

Aunque todo flota, es imprescindible rescatar con rapidez el material, más aún si nos encontramos en una situación de aguas con corriente o fuerte viento, puesto que perder la pala puede suponernos un grave problema, así, desde el momento en que intuyamos que vamos a volcar, buscaremos lo más rápido posible y también agarraremos el kayak para no perder ningún elemento, debemos priorizar siempre estos dos elementos a cualquier otro objeto que se nos pueda caer al agua, puesto que kayak y pala son los elementos imprescindibles para poder terminar la actividad de una forma segura.

¿Cómo enderezar un kayak autovaciable desde el agua?

Después de volcar en un kayak, nuestro primer instinto es intentar enderezarlo levantando uno de los lados. Sin embargo, tras el primer intento, nos damos cuenta de que apenas hemos podido levantar el kayak un poco. Además, toda la fuerza que ejercemos sobre él también se ejerce sobre nosotros, y como estamos en un medio acuático, nos hundimos. Después del segundo intento, a pesar de haber hecho más fuerza, seguimos sin éxito.

Entonces, ¿qué debemos hacer si no hay alguien cerca en otro kayak que nos ayude a enderezar el nuestro?

El método más sencillo es subir por un lado del kayak hasta que nuestra barriga quede sobre el kayak volcado, apoyándonos firmemente y arrastrándonos sobre el kayak. Una vez que estamos sobre el kayak, debemos estirar nuestro brazo para agarrar el lado opuesto con nuestra mano. Podemos agarrarnos a la línea de vida, a una asa lateral si la tiene, a cualquier saliente, etc. Una vez que lo tenemos bien agarrado, simplemente debemos dejarnos caer hacia atrás. El kayak nos acompañará hasta que vuelva a estar en la posición correcta.

A partir de este momento, nuestro cerebro habrá aprendido que volcar en un kayak autovaciable ya no será una situación sin solución.

Cómo volver a subir a un Kayak Autovaciable

La maniobra de volver a subir a un kayak autovaciable puede resultar un tanto delicada, especialmente en el caso de un kayak individual. Además, la agilidad de cada persona puede variar, lo que influye en la ejecución de esta maniobra.

Este proceso puede asemejarse a escalar el borde de una piscina cuando este se encuentra a una corta distancia sobre el agua. Si tenemos la suficiente agilidad para salir de la piscina por el borde, no deberíamos tener mayores dificultades para subir de nuevo al kayak.

Sin embargo, para aquellos que necesitan usar las escaleras para salir de la piscina, requerirán la ayuda de otra persona para volver a subir al kayak. Esta persona deberá posicionarse en el lado opuesto al que estamos y sujetarnos por la tira de nuestro chaleco salvavidas. Ejerciendo una fuerza constante sobre la tira del chaleco, nos facilitará el proceso de volver a subir sin mayores dificultades.

Si nos encontramos solos, puede ser útil subir por popa (atrás) y tratar de movernos a gatas o arrastrándonos hacia nuestro asiento.

Por supuesto, en el caso de un kayak doble, ambas personas no deben subir por el mismo lado, ya que podrían volcar el kayak nuevamente. En su lugar, cada uno debe subir por lados opuestos.

Una vez hayamos dominado esta maniobra, ya no deberemos temer más a un vuelco.

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